Otro de los principales atractivos es la movida nocturna. Su “avenida” principal, la única asfaltada de todo el pueblo, compuesta por solo 5 cuadras es el punto de reunión cuando cae el sol. Varios bares y boliches reciben a miles de chicos con ganas y dispuestos a pasarla realmente bien.
Cada noche es diferente y la fiesta la arma cada uno a su manera. Por lo general se arranca en el bar ubicado en la zona norte de la playa, famoso por sus caipirinhas y sus empanadas de camarón, donde tocan música en vivo y se disfruta de un verdadero ambiente festivo en la playa misma.
Una vez terminado el afterbeach la fiesta sigue en el centro. Algunos de los locales no cobran entrada y uno puede quedarse toda la noche disfrutando de las ricas bebidas típicas y escuchando bandas en vivo. Pero la verdadera movida se genera en las calles fuera de las discos. Una experiencia para vivirla más que para leerla.
Si la temporada de verano se caracteriza por su gran concurrencia, el resto del año es sumamente tranquilo. Durante los días cálidos de otoño y primavera la playa es tan disfrutable como en verano, perfecta para familias en busca de paisajes serenos y de surfistas atraídos por la soledad del mar en esta época.